domingo, 1 de septiembre de 2013

un cambio en el paisaje, un manto verde y comestible


Hablar hoy en día sobre huertos de ocio (ya sean urbanos o no) puede significar empezar sin saber cuándo se acabará por la cantidad de temas que implican: los huertos de ocio  y la sociedad, los huertos y la sostenibilidad, los huertos y la crisis actual, los huertos y la cultura agrícola…
Obviamente, hemos escogido el tema de los huertos de ocio y el paisaje, en este caso el urbano.

Curiosamente los huertos o la huerta (dependiendo del caso) están ganando en muchos momentos espacio a las zonas verdes: allí donde antes había un jardín, un trozo de césped, unos arbusto mejor o peor cuidados, o ya donde queda solo tierra por la falta de mantenimiento, de repente aparece una huerta más pequeña o más grande, más verde si cabe que el jardín y que sustituye flores por frutos que, con suerte, se podrán comer los que han convertido ese huerto en su pasatiempo preferido. No sabemos si este es el caso de los huertos urbanos que hay en el interior del parque del Retiro en Madrid, pero bien podría serlo. Y de repente, un espacio que se había consagrado a la naturalidad que deben regir los jardines urbanos intentando imitar siempre a la naturaleza  (en determinados casos con colinas y lagos incluidos) se acaba dejando llevar por la rigidez de la huerta, con su estricta retícula, su parcelario bien marcado y sus líneas increíblemente rectas y paralelas como si hubiesen sido dibujadas con escuadra y cartabón.

Pero no sólo ocurre esto en los jardines urbanos, también en los privados. Viendo la siguiente foto cualquiera diría que es una zona de huertos con las casetas para el almacenaje de materiales necesarios para la horticultura y guarda posterior de los productos obtenidos. Sin embargo el texto que acompaña a la imagen en su ubicación original indica que es un barrio residencial en Geneva (Suiza), y que lo que nos parecen simples casetas son en realidad viviendas y los huertos son lo que en un principio, intuimos, eran los jardines de las casas.

dolphriends.com/foodscaping-in-switzerland/

Curiosamente la reconversión en huertos da una imagen mucho más homogénea al conjunto, pareciéndose de una manera espectacular a la imagen que nos darían alfombras enormes a rayas saliendo de cada una de las casas, como si de un paisaje imaginario se tratase propio de una película de dibujos animados más que de la realidad propiamente dicha. Pero, ¿qué puede haber más real que una serie de vegetales cultivados para obtener alimentos para sus dueños?

Volviendo al interior de las ciudades no sólo los huertos sustituyen jardines, también los encontramos sustituyendo edificios o solares. Realmente llamativo es el caso de los huertos de la Sagrada Familia en Barcelona, situados en pleno ensanche Cerdà en una de sus manzanas muy cercana al turístico monumento de Gaudí (de ahí su nombre). Sin duda un lujo para los vecinos que pueden cultivar ahí y una grata sorpresa para el que no se lo espera… Podría ser un espacio verde cualquiera el que ha sustituido al solar o la edificación, sin embargo estos huertos aportan mucho más y enriquecen en gran medida el paisaje urbano, adaptándose a cada una de las estaciones meteorológicas.

vía w110.bcn.cat


Y no podíamos acabar sin nombrar los huertos de ocio periféricos, aunque sólo sea porque en Valencia hemos vivido siempre rodeados de huerta. Si bien en este caso lo normal es salir de la ciudad y toparse directamente con la huerta, en otros complejos urbanos  no lo es y el hecho de que en Vitoria hayan situado huertos en el anillo verde que la rodea o que vayan surgiendo huertos de ocio en la periferia urbana porque es donde hay más espacio para que surjan, cambia de manera radical el paisaje del borde urbano de estas ciudades.


huerta valenciana


El cultivo de vegetales y hortalizas propio está cada vez más de moda, ya sea en huertos de propiedad municipal, privada o incluso en una maceta dentro de casa, directamente aporta alimentos y un entretenimiento de lo más sano, indirectamente aporta aún más cosas, entre ellas un cambio en el paisaje habitual de la ciudad, por ahora un cambio sensible y discreto. Quién sabe si en breve ese cambio llegará a las azoteas y a las terrazas cubriendo de un manto verde y comestible las ciudades.



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